Flora vive con un marido tan muerto para ella, que cuando se mete en la cama es como si la cubrieran con el mármol de la lápida de su tumba. Por eso no duda en vivir una aventura con un chico que conoce en un bar y que, desde luego, le cambiará la vida.
Esta novela nos lleva a Tánger a descubrir los colores, los olores, los sabores y la vida de esta ciudad cuando vivía su máximo esplendor.
Es una historia de amor con un toque de misterio que engancha desde el comienzo, un poco fantasiosa y aventurera también lo es.
Entretenida, de fácil lectura, con saltos al pasado que conectan con el presente a la perfección.
Recomiendo su lectura.
Custodia Robles ( profesora de FOL )
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