8 de marzo, día de las mujeres

 Hola ,soy Silvia Fernández, alumna de 1 Bachillerato Sociales semipresencial. Utilizo este canal de comunicación porque me ha parecido muy interesante el contenido de uno de los artículos leídos en clase con mi profesora y quisiera compartirlo con vosotros. Teresa Jiménez Vílchez , antigua directora del Instituto Andaluz de la Mujer, se dirigía así al alumnado a través de una revista escolar ( Revista del IES Mar de Cádiz, número 35 , 2009, págs 23 y ss). Nos explica, nos explicaba qué es para ella el Día de las mujeres. Extraigo algunas de las declaraciones que hace en el mencionado artículo.
Para Teresa “ la juventud esel referente de cuantas acciones y programas se plantea un gobierno, como el de nuestra Comunidad, que mira al futuro y que trabaja para que ese futuro sea mejor.

Tenéis en vuestras manos un número especial que gira en torno a la fecha del 8 de marzo, día de las mujeres. “
Y continúa “Me puedo imaginar la cara que estáis poniendo algunos de vosotros, los chicos, pensando que este día no os afecta para nada, ¡faltaría más! Pero, ¿y vosotras...?, ¿cómo la vivís? ¿Creéis que esto está bien para vuestras abuelas y vuestras madres pero que ya no hace falta seguir insistiendo, que ya os sentís muy iguales, que incluso en la clase puede ser que las mujeres llevéis la “voz cantante”?”

Yo soy una joven estudiante que además trabajo , por eso comparto sus palabras cuando dice que “Por un lado, todas las mujeres “trabajamos”, unas en el ámbito doméstico, que no está remunerado; otras logran acceder al mercado laboral y obtienen un dinero por su trabajo. La experiencia nos dice que, aunque cada vez más mujeres salen a trabajar fuera de casa, pocos son todavía los hombres que participan en las tareas de cuidados y de mantenimiento de la familia. Esto significa que las mujeres asumimos con frecuencia una doble jornada que afecta a nuestra salud y que nos priva de tiempo personal, de tiempo para nosotras.”

Para Teresa los jóvenes tenemos un papel fundamental en la sociedad por eso “Me gustaría haceros una llamada de atención a vosotros, a los jóvenes. Porque también os debéis sentir implicados en esta celebración ya que, en el fondo, con ella lo que estamos defendiendo es el derecho a la igualdad. Estamos recordando que nuestra sociedad durante siglos ha mantenido como “normal” una distribución de funciones que nos situaba a las mujeres en papeles secundarios que limitaban nuestras posibilidades y nos relegaban a una situación de inferioridad que hacía invisibles nuestras aportaciones, nuestros logros, y hasta nuestras propias vidas. Celebrar el Día de las mujeres, en pleno siglo XXI, significa apostar por una sociedad más justa, más libre y más igualitaria. Y eso no podemos hacerlo únicamente las mujeres, esa responsabilidad nos corresponde a todos y a todas.”


También para vosotras, las jóvenes del siglo XXI, se presentan nuevos retos: el principal de todos es el “espejismo de la igualdad”. Efectivamente, desde aquel simbólico 8 de marzo de 1908, cuando 129 costureras de Nueva York murieron calcinadas por defender sus derechos como trabajadoras y como personas, mucho hemos avanzado las mujeres en derechos y libertades y nuestro horizonte vital se ha ampliado enormemente: hemos accedido a los espacios públicos, a los derechos políticos (en el año 1931, Clara Campoamor logró para nosotras el derecho al voto), a la educación y al empleo.”

Hemos conseguido la igualdad formal, somos iguales ante la ley, pero todavía debemos superar varios y graves obstáculos que impiden que esta igualdad sea una realidad en todos los ámbitos de la vida. Por ello, debemos mantenernos alertas ante todas aquellas manifestaciones que, de modo manifiesto o sutil, todavía nos siguen considerando en un segundo plano y nos niegan la voluntad y el pensamiento propios y libres: hablo de la violencia física y psicológica ejercida contra las mujeres, hablo de esa otra violencia simbólica que nos llega a través de la publicidad que nos sigue presentando en funciones menos valoradas o como objetos de consumo.”


La igualdad es un principio constitucional y un derecho humano fundamental. Las instituciones y administraciones públicas debemos velar por su cumplimiento y su afianzamiento. Este es el objetivo fundamental del Instituto Andaluz de la Mujer, Organismo de Igualdad de la Junta de Andalucía que se creó en 1989. Pero no debéis olvidar que construir una convivencia más justa es una tarea de la que nadie puede sentirse excluido.”

Me han emocionado, finalmente sus palabras cuando afirma que somos”una juventud solidaria, capaz y bien preparada. Vuestras ideas y vuestras aportaciones son importantes para que la modernización y el progreso de nuestra tierra se consolide sobre las bases indispensables de la libertad, la igualdad y la dignidad humana. Principios que sustentan la cultura de la paz y de la no violencia que os ruego defendáis como el tesoro más preciado para un pueblo, para Andalucía.”

Silvia Fernández Victoria 1º Bachillerato  Sociales sp
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Comentarios

  1. Su pensamiento es bastante correcto, pero si queremos una sociedad igualitaria pienso que debemos empezar a enseñar en el colegio que todos somos iguales para luego no hacer distinciones y eliminar todo pensamiento de desigualdad, parece fácil mas esta muy arraigado en las personas, será un trabajo muy duro y tedioso

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    2. Desde luego que lo más lógico sería empezar a enmendarlo todo en el principio mismo, pero para ello deberían resetearnos a tod@s los valores de fábrica. De poco sirve la educación, elemento fundamental, enseñándole valores a un niño e intentarlo guiar, poner un palo en su raíz para que el tallo crezca erguido, si en cuanto ponga un pie en la calle, se inunde de pensamientos retrógradas, insinuaciones machistas, miradas lascivas e incómodas de sus prójimos hacia la mujer, viendo o recibiendo codazos cómplices al paso de alguna de mi mismo sexo que bien podría ser yo, o mi hija, o la tuya. Y aquí es cuando no sabemos muy bien si el ser bonita y el sentirse a gusto con su cuerpo, a veces pase de ser bueno a ser peligroso y un inconveniente para el día a día. Por no hablar de la posición laboral de la mujer y los derechos aún desatendidos. No creamos que todo esto es una lucha entre géneros; nuestro mismo género a veces, no concibe que caminemos juntos en igualdad, obligándonos a aminorar el ritmo, quedando siempre un paso por detrás, no defendiendo los derechos que nos son propios, mirando para otro lado o haciendo oídos sordos ante las injusticias. Quizá por no creerse capaces, por desconocimiento, por una posición conformista o una arcaica enseñanza que junto con el medio, le ha enseñado.
      Por eso mismo no creo que sirva con la mera educación, aunque sí que es esencial ir abonando nuestras semillas y aportando los mejores nutrientes para que logre tener buena parte de los ingredientes necesarios para esto. Tendremos que añadir un poco más de magia femenina, de fuerza tanto de espíritu como física y usar la valentía para afrontar los mismos retos que siempre nos han cohibido. Dar un paso más allá en actitudes y acciones.
      No esperar ser salvadas, no esperar que nuestro príncipe venga para arreglar nada, no esperar para subirte al tren que te lleve donde un@ quiera. Y sí, alzar la voz, para esto y tantas otras injusticias que se nos presente.
      Y con todo este brebaje y con la indispensable denegación de tod@s, sin ser nunca más cómplices de todas esas identidades antiguas que subsisten y asoman hasta debajo de las piedras, quizá entonces podamos de vislumbrar el camino no como una utopía.

      Silvia Fernández Victoria 1º Bachillerato Semi P

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